Hacer bailar a una pared, paso a paso.

"¡La de las coletas es Sara!", "¿Ese es un gigante?",

"¿Para qué haces esos puntos?", "¡Ese es Caillou!",

“¡Gracias por pintar nuestro patio!”...

Tener una pintora en el cole creó mucha expectación los días que estuve allí. Los niños estaban encantados cada vez que salían al recreo y me cosían a preguntas y sugerencias. Además, como me ayudaron a pintar, saben que son una parte importante del proceso y nos hemos cogido cariño.

Pero hace sólo un par de semanas el paisaje no tenía nada que ver. Los árboles empezaban a amarillear y esos ochenta y tres metros de triste muro en los que nadie se fijaba estaban esperando que los llenáramos de color. 

Hay patios que con con sus rejas altas, su hormigón gris y un par de canastas perdidas en el mar de cemento, más parecen cárceles que lugares de recreo. Y el CEIP Príncipe de Asturias (Navacerrada) no quería tener uno de esos.

Así que manos a la obra. Lo primero los bocetos. Enseguida lo tuve claro: al ser un muro largo corrido y de baja altura, quedaría genial hacer una cadena de niños muy diferentes entre sí, cogidos de las manos y sujetando símbolos de los valores que el cole transmite: amistad, convivencia, empatía, solidaridad, respeto, diversidad, tolerancia, educación.

La siguiente fase es menos creativa pero esencial para que luego los colores luzcan muy luminosos: fondear el muro de blanco:

Después, medir; cuadricular el muro para dibujarlo a escala; perfilar en negro los dibujos para que a los niños les resulte fácil rellenar...

…y marcar con puntos el color de cada parte del dibujo.

Así transcurrió la primera semana, y hecha unos zorros marché a Mambry a ver si con esas pintas me dejaban entrar en casa.

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El lunes me esperaban doscientos sesenta y nueve niños de Primaria  bien desayunados, llenos de energía y deseando pintar su primer mural:

Esta vez hice unas mejoras en la organización para evitar mezclar colores y guarrearlo todo. El resultado es el que es…

… pero contaba con ello y tiene solución! Ellos, felices de haber pintado, volvieron a clase con un regalito para agradecerles la ayuda:

Durante dos días retoqué formas y colores, y llegó el toque final: esa línea negra mágica que separa colores y hace resurgir el dibujo tal y como estaba previsto en la chuleta que me acompañaba todo el rato:

Y al final de la segunda semana... listo! Los árboles lucen desnudos pero ese triste muro ahora baila, sonríe y decora el patio donde divertirse, hacer amigos y jugar en equipo. Y donde zurrarse de vez en cuando, porqué no, que eso es vida!

Aquí el mural completo en youtube.

Muchas gracias, y besos,

Si te ha gustado esta idea y estás imaginando un cole a todo color, escríbeme a hola@azulpatio.com y estaré encantada de darte más información, preparar un presupuesto sin compromiso o pasar un día para conocernos.

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